CUALQUIER COSA SE PUEDE ESPERAR EN MACONDO

Anuncia Netflix, el día del natalicio de Gabriel García Márquez, que realizará una serie televisiva basada en la obra más conocida del Nobel: Cien Años de Soledad. Es acompañada la difusión por una entrevista con su hijo, Rodrigo García Barcha, quien rápidamente dice que él y su familia solamente están apoyando la producción y que nada tiene que ver con la adaptación, que tiene él sus propios proyectos. La tormenta inicia: que si están profanando los deseos del Nobel, que esos de Netflix son unos colonizadores y profanadores, que ¿quien va a representar el papel de Remedios si es la criatura más hermosa del mundo?, ¿quien osará interpretar el papel? En fin.

El debate no escapa de verdades a puños, entre otras, las dificultades que han sido más visibles que los éxitos en las adaptaciones de la obra de Gabo a las pantallas. Las razones varían: ha pasado mucho tiempo entre la novela y la adaptación, como ocurrió con El Amor en los Tiempos del Cólera, el mismo Gabo sentenció que «el cine no era el todo poderoso» y que no le gustaba la televisión, creer que el éxito del autor es sostenible en lo audiovisual, etcétera.

El escritor y periodista cubano, Luis Beiro, habla de esa mal suerte de la literatura latinoamericana con el cine, pero indica que es la obra de Gabo la que más perjudicada se ha visto. Beiro señala que también Onetti, Asturias, Carpentier, Cabrera Infante o el mismo Borges han sido ignorados por los directores, incluso, que en algunos casos, en carne propia les ha tocado padecer las malas adaptaciones de sus historias. Beiro cree, que el gran problema radica en que los directores no han podido deslindar el límite entre el lenguaje literario y el lenguaje cinematográfico. Insiste en que los escritores de América Latina no son sólo contadores de historias sino que sus obras hacen parte de una “construcción idiomática” que se aleja de otros aspectos más formales en otras literaturas o tendencias literarias que hacen más sencillo el adaptar una historia.

Sin embargo, pese a lo que dice Beiro, directores de gran carrera no han estado a la altura que muchos esperaban en las versiones de libros de García Marquez. Tomas Gutiérrez Alea uno de los directores de cine latinoamericanos más premiados en el mundo tuvo serias complicaciones para que Cartas al Parque se conectara con el público como Fresa y Chocolate, Las Doce sillas o Memorias del subdesarrollo. Cuando Francesco Rossi dirigió Crónica de una Muerte Anunciada, venia de recibir el Bafta a la mejor película de habla no inglesa y ya tenía en su haber un Palma de Oro y un Oso de Berlín. Mike Newel, por ejemplo, había realizado una de las sagas más exitosas en taquilla de Harry Potter y había dirigido Donnie Brasco; Arturo Ripstein, Fernando Birri, Ruy Guerra, entre otros, también lo intentaron. Quizás no sean los directores, ¿los actores tal vez?, no se: Javier Bardem, Jorge Perugorria, Angela Molina, Salma Hayeck, Irene Papas, Ornella Muti, han sido perfilados en papeles de personajes en varias películas y adaptaciones televisivas de la obra de Gabo, con carreras muy prestigiosas a cuestas. Tal vez no sean los actores, ¿la productora, quizás?

En este caso y allí Netflix tiene mucho a su favor, esta siendo cada vez más reconocida por romper esquemas de cómo hasta ahora se ha pensado el cine y la televisión por siglos. Su penetración en el mundo, sus millones de seguidores y la reciente entrega del Oscar, nos indica también que estamos ante un desafío que está dispuesta a asumir esta plataforma en llevar a feliz término el mito.

Para sumarle tema, en varias oportunidades Gabo dijo en medios que la literatura podía llegar mucho más lejos y dar al mismo tiempo un impacto visual, auditivo y de toda índole, e incluso que jamás vendería los derechos de Cien años de soledad y que a todos los directores les iba a tocar esperar 50 años después de su muerte si querían hacerlo; en resumidas cuentas a mi esto me huele a maldición. Alguna cosa por allá que no imaginamos en manos del destino sobre la adaptaciones que la obra de Gabo arrastre al ser llevada a la pantalla, no se, cualquier cosa se puede esperar en Macondo.

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