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Capítulo 7: Un dolorcito

Hoy no pude ir a la misa del Señor Caído porque tenía un dolorcito bajo que no me dejó parar en todo el día de la cama. Y lo peor es que como se dañaron las tuberías y los baños están como sobaco de mono, me tocó mear todo el día en la olla de …

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Capítulo 6: A veces hay que ser fuerte

Es llegar a mi casa y sentir ese olor a pobre, ese que es como entre la chinchurria y la imitación de fabuloso que se le mete a uno por las fosas nasales y sale en forma de veneno. La cocina tenía todos los platos sucios, las camas estaban todas destendidas y como que estuvieron …

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Capítulo 5: Mi mamá me ama, mi mamá me mima

Me levanté enojada, enroscada, puta que llaman. Es que no hay derecho a que a uno  en su cumpleaños lo dejen trabajando como siempre y no le den ni una palmadita reconfortante en la espalda. Estaba tan agria que lo primero que hice hoy fue poner la tripleta de carrileras del viejo, sacar la media …

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Capítulo 4: La familia que toda madre desea

A  las 4:30 sonó el despertador, como todas las mañanas, el viejo no se levantó hasta las 4:45, a 15 minutos de que tuviera que empezar la ruta del bus, entró al baño y más me demoré yo en sonarme los mocos que él en volver a salir, cogió la ovejera, dijo «chao cariño» y …

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Capítulo 3: Una pareja que se quiere

El tartamán de mi marido está más patán y malacaroso que nunca, pero si cree que amargándonos la vida con ese geniecito de los mil demonios va a arreglar todos los problemas de la casa, está como para que se meta solito al ataúd y se rece él mismo los avemarías. Ayer nada más estaba …

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Capítulo 2: Pero esta gente es de un sensible

Ayer estaba en la cocina, preparando una sopa de apio con espinaca y coliflor, el plato favorito de la familia, cuando va llegando Camilita con esa amiga de ella, la morocha desaliñada, y yo me quedé mirándola a la cara, y dice a saltáme uno de los párpados, como quien dice: un tic. –          ¡Niña!, ¿pero …

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Capítulo 1: Los días de oro de Teresa

Ayer venía de misa, muy católica, entregada al altísimo, y de repente que escucho un jaloneo horrible, horrible cuando entré a la casa, y echo a mirar para la sala cuando el viejo viendo porno con mi mamá, la muy calenturienta ya se había quitado hasta la manguera del oxígeno, y el muy descarado soltaba …

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