Sus contraseñas si están seguras?

En un mundo cada vez más digital, nuestra información personal es cada vez menos privada. En sitios como FaceBook, Yahoo, Google, y en las páginas de los bancos en línea, se encuentra información que puede considerarse ya crítica para nuestra seguridad y privacidad.

Dicha información se encuentra a veces a una contraseña de distancia de las manos equivocadas. Por ende tener una buena política frente a estas contraseñas es fundamental.

Nada nos protegerá frente a los posibles ataques de hackers que buscan estas contraseñas en los sitios que las coleccionan. Por más seguros que sean, nada es absolutamente impenetrable.

Basta con leer en las noticias acerca de dos ataques recientes de hackers: el primero sobre Linked In, en la que 6.5 millones de contraseñas de ese sitio se hicieron públicas; y el segundo, esta semana sobre Yahoo, de donde un grupo de hackers de Ucrania se llevaron 450.000 contraseñas que luego hicieron públicas en su página Web.

Nosotros podemos protegernos o al menos reducir el impacto que tiene sobre nuestra privacidad estos ataques escogiendo una buena política de claves.

La primera regla es elemental: tener claves diferentes para todos los sitios importantes. Claro, es muy fácil tener que aprenderse tan sólo una clave para todos nuestros accesos digitales, pero si una de ellas es revelada, como ya vimos que sucede, su acceso a todos los demás sitios queda igualmente comprometido, pues no dude que los hackers tienen programas que automáticamente prueban las claves obtenidas en una multitud de sitios importantes.

La segunda regla es tener claves complejas: que sus contraseñas tengan al menos 8 caracteres y que estos incluyan –en lo posible- números, letras mayúsculas y minúsculas y caracteres especiales, como “#” o “%”.

Evite utilizar claves elementales, como “123456”, que es de paso la clave más popular del mundo y por ende la primera que intentan los hackers. Otras claves débiles son aquellas que utilizan palabras completas como “baseball”, “ninja”, “password”, pues provienen directamente de un diccionario, otra de las estrategias utilizadas por los piratas.

Los expertos recomiendan que tengamos al menos tres tipos de claves: una muy fácil de recordar para utilizar en aquellos sitios en los que no se almacena información crítica.  Una mediana, para utilizar en sitios que almacenan información personal, como FaceBook o Twitter, y finalmente una bien segura y difícil para utilizar en los sitios en los que almacena información financiera, como bancos o tiendas en línea.

Y siguiendo con la primera regla, tanto como para las contraseñas de mediana dificultad como para las de alta seguridad, utilice pequeñas desviaciones para diferenciar cada sitio. Así, añada “FBook” a su contraseña base para FaceBook, por ejemplo.

Claro, tarde o temprano llegamos a un nivel en que tendremos demasiadas contraseñas para recordar. Es ahí cuando un programa como “Kee Pass” viene a ser muy útil, pues nos permite almacenar todas nuestras contraseñas detrás de una sola clave, que obviamente debe ser bastante compleja (quizás una frase completa)..

En este tema de la seguridad informática nunca estaremos totalmente protegidos, pero siguiendo estos consejos podemos reducir nuestros riesgos. No hagan como alguien que conocí que llevaba en un papelito de su billetera las claves de las tarjetas débito. Por supuesto, el día que la robaron se llevaron todo.

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