[Review] The Cure en Bogotá – 19 de Abril de 2013

“Drearly and tired the hours all spent of killing time again all waiting for the rain”

 

Parece que Robert Smith no hubiese tenido que matar mucho tiempo en esta ocasión para esperar por la lluvia. Quizá Prayers for Rain fue el momento más alto de la noche. Quizá por su grito final, o porque simplemente la lluvia jugaba con el ambiente y simplemente hacía más intimo el primer encuentro de la banda inglesa con el público colombiano.

Pero ni siquiera la lluvia, la larga y tediosa espera en la fila, ni siquiera los exagerados y abusadores precios de la comida dentro del Parque Simón Bolívar dañarían la noche. Todo jugaba a favor del evento, y nada podría quitarle el crédito a toda la gente que trabajó en la logística y producción de este show.

Sí algo se debe reconocer es la puntualidad. A las 5 pm inició el ingreso del público al parque metropolitano, perfectamente acomodado para el que para muchos sería el concierto de sus vidas, con un poco más de una década de espera de los de Sussex. Luego de que nos reclamaran las entradas nos suministraron unas gafas 3D para ‘disfrutar un show nunca antes visto en Colombia’, curiosos, todos nos guardamos los lentes para luego decepcionarnos.

No había pasado ni 30 minutos desde el ingreso cuando Mmodcats, primera banda telonera,  empezó a calentar la tarde fría bogotana. Hubiese estado mejor sí le hubiesen prestado un poco más de atención a su sonido y no tanto a su vestimenta, ya que infortunadamente no pude entender una vocal de lo que su cantante intentó hacernos saber. Supongo que su intencionalidad era una especie de sonido new wave británico, pero creo no haber sido el único que se quedó con las ganas de entender un poco más.

Luego de un corto set, a las 7 en punto apareció en escena Superlitio, banda que ya había tenido oportunidad de escuchar antes y del cual me declaro fan del Tripping Tropicana, disco que salió por allá en el 2004 y que sorprendió la escena nacional e internacional con su spanglish. Pero creo que la banda que tuvimos en frente está muy lejos de aquella que mojó prensa gratamente hace un par de años. Aunque siguen siendo muy buenos músicos, su nueva canción llamada Colmillos me parece un intento de sonar muy antinatural. Demasiado plano a lo que ellos nos tenían acostumbrados.

Obviamente tenían que foguear nuevo material, pero hubiese preferido que hubiesen tocado más de sus canciones clásicas cómo Viernes Otra Vez y Te Lastimé, canciones que fueron aplaudidas antes de lo que llamaría “la gran decepción de la noche”, cuando en las pantallas del parque aparece ‘ya pueden ponerse sus gafas 3D’ a lo que pensé que la presentación tendrían una parte visual, cosa que rápidamente se apabulló con una costosa y fastidiosa campaña de mercadotecnia que literalmente nos estaba metiendo un celular por los ojos, cosa que me recordó el episodio de Los Simpsons dónde explican la diferencia entre liminal y superliminal.

La banda tocó una de sus canciones más rockeras de su discografía, Lo Fi, con lo cual dio por terminada su corta presentación. Sinceramente esperaba más. Era la primera vez que los veía con su nuevo “frontman”, que lastimosamente brilla por la ausencia de carisma y se limitó a decir ‘muchas gracias, que bacano, gracias’, en algo que hubiesen podido convertir en una total fiesta de Viernes.

Luego de la partida de los caleños del escenario, una espera un poco más larga que la anterior pausa, acompañada de buena música y con varios amagues del inicio del show.

La lluvia empezó a hacerse algo habitual, a veces un poco más fuerte, a veces un poco más tranquila, pero siempre presente, mucho más durante esa espera, dónde el público del parque se lució por su preparación con ponchos plásticos impermeables.

Luego de varios intentos, de resplandores de luces y de ponerse el escenario totalmente oscuro aparecieron los primeros síntomas de inicio del show. El intro de Plainsong empezó, a lo que me rehusé a creer que sería la primera canción, pensando que tocarían tal cual habían iniciado en Santiago de Chile y Asunción. Este redactor confiesa que sí esta canción hubiese estado más adelante en el repertorio tendría que haber arrojado un par de lagrimas. Pero no. Simplemente quedé estupefacto y en estado de shock. Sin mencionar una palabra, y ante el grito de más de 15 mil personas al escuchar la voz de Robert Smith, me quedé mirando el escenario cómo sí esos 12 años de espera, cuando vi por primera vez el vídeo de Boys Don’t Cry, hubiesen valido la pena. Y lo valieron. Sí que lo valieron.

El sonido del evento fue impecable. La voz de Smith se entendió a la perfección. Y en cuanto a perfección me refiero a 10 sobre 10. Los instrumentos, uno y cada uno sonaron excelente y con toda independencia para entenderlos y notar cada detalle de las canciones.

Es de conocimiento de todos que el único miembro original de The Cure es Robert, pero eso no le quita el crédito en lo absoluto a cada uno de sus integrantes, Simon Gallup en el bajo se destacó por hacer resonar las 4 cuerdas a lo largo de toda la discografía de la banda, dónde se incluyeron temas del Wish, Kiss Me Kiss Me Kiss Me, Pornography, Desintegration y de su más reciente placa de 2008, 4:13 Dream, las cuales hicieron sentir tan suyas cómo del público asistente. Roger O’Donnell en los teclados fue el encargado de crear todos esos ambientes espectrales y oscuros a lo largo de 3 horas y media de concierto, dónde demostraron un enorme profesionalismo cambiando de guitarras, bajos, micrófonos, y dónde los visuales simplemente jugaron con la noche haciéndola más sublime.

La guitarra principal estuvo a cargo de Reeves Gabrels, el cual ha sido considerado uno de los mejores improvisadores desde Jimi Hendrix (quizá algo exagerado) por una gran cantidad de artistas y revistas de todo el mundo, quién hizo honor a lo que han hecho los guitarristas que han pasado por la banda cómo Porl Thompson y Perry Bamonte a lo largo de la discografía de la banda.

Y es que Robert Smith pudo hacer lo que quisiera con el público colombiano. Nos tenía rendido a sus píes. Confieso que estaba un poco escéptico por saber cómo estaría su voz al final del concierto luego de cantar más de 40 canciones. Pero el resultado es impecable. Su voz nunca falló, se exigió igual o más que en los discos, además que rompió ese estigma de súper ídolos al tener bastante contacto visual con sus fanáticos. Bailó, rió, se le notó demasiado cómodo en escenario, cómo sí fuese una plaza que conociera. Y así se sentíamos a la banda, nada lejana, sino algo que hace parte de nosotros.

El setlist se desenvolvió en su primera parte en sus más grandes éxitos. La banda conectó Pictures of You a un público extasiado, fantaseado,  atónito ante la presencia de una banda enorme, que a pesar del paso de los años, conservan su esencia y suenan (quizá) mejor que nunca. Lullaby fue esa excusa de finales de los 80’s e inicio de los 90’s para creer en el dream pop, y más de la mitad de los asistentes se sentían en esa época, en los cuales me incluyo, porque sí hay algo que pueden hacer las bandas enormes, gigantes, inmensas, inclasificables en un género cómo The Cure (sí, los ubico a la altura de un Led Zeppelin, de un Depeche Mode, de un Rolling Stones, de un Bowie) es hacer pasar más de 30 años de música por un recinto sin necesidad de movimiento. Y así lo hicieron.

The End of The World del 2004 fue la antesala del manojo de gritos y emociones que provocó Lovesong (1989), dónde la gente bailó, lloró (literalmente, no de lagrimas sino de llanto de espectadores a mi alrededor) y cantó a todo pulmón cómo sí el show fuese a terminar luego de esa canción. Y eso sucedió varias veces. Con Sleep When I’m Dead, con In Between Days, con Just Like Heaven fue todo climax, puro corazón y sentimiento. Hubo una pequeña pausa, y personalmente agradezco que fuese así, cuando la banda interpretó From the Edge of the Deep Green Sea, quizá mi canción favorita de la banda, lo que hizo el momento más personal, único e irrepetible del evento, que a pesar de que haya estado a muchos metros del escenario, hizo el momento más especial de la noche. Todo había valido la pena. Apague y vámonos.

El concierto tuvo bastantes puntos altos, le siguieron el grito de Robert en Prayers for Rain, A Forest, la infaltable Friday I’m in Love terminó de prender el Simón Bolívar, el cual ya había pasado por todas las emociones habidas y por haber: deseo, depresión, lujuria, amor, desamor, alegría, el tiempo, en fin.

Tuvimos enfrente a una de las bandas inmensas de todos los tiempos. No se puede negar. Nadie lo puede negar. Y cómo un monstro devoró toda expectativa y nos dejó más que satisfechos. ¿O quién se podría quejar de más de 3 horas de música y más de 40 canciones? No soy nadie para pedir a mi antojo, ni para quejarme de porqué no tocaron Underneath the Stars, Open o If Only Tonight We Could Sleep, sino simplemente podría llegar a casa, descansar tranquilamente y en algún momento poder contarle a mis hijos y nietos de la mejor experiencia musical de mi vida. Sí, por encima de Kiss, Mastodon, Slayer y de los mismos Deftones que llevo como mi banda favorita de todos los tiempos. El show de The Cure es imprescindible dentro de la existencia de un melómano.
 

 
Podría seguir trasbocando emociones y sentimientos que el concierto causó en mí, pero creo que es una experiencia que nada, ni las palabras, ni las imágenes del Blue-Ray que saldrá de la gira latinoamericana podrán igualar. A The Cure hay que vivirlo para entenderlo.

 

 

Hablemos de música, porqué no?

@luisch

 

 

  Setlist

Plainsong

Pictures of You

Lullaby

High

The End of the World

Lovesong

Sleep When I’m Dead

Push

In Between Days

Just Like Heaven

From the Edge of the Deep Green Sea

Prayers for Rain

Play for Today

A Forest

Bananafishbones

The Walk

Mint Car

Friday I’m in Love

Doing the Unstuck

Trust

Want

The Hungry Ghost

Wrong Number

One Hundred Years

Disintegration

The Same Deep Water as You

Cold

A Strange Day

The Hanging Garden

Shake Dog Shake

Fascination Street

Charlotte Sometimes

Primary

The Lovecats

The Caterpillar

Close to Me

Hot Hot Hot!!!

Let’s Go to Bed

Why Can’t I Be You?

Boys Don’t Cry

10:15 Saturday Night

Killing an Arab

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