El 21 de octubre de 2015 se escogió como referencia para conmemorar los 30 años de la película Volver al futuro la cual derivó en una de las trilogías más queridas de todos los tiempos. Se tomó esta fecha, pues ese día y año exacto, el futuro hijo del protagonista Marty McFly se meterá en uno lío tan grave que según el científico Emmet Brown destruirá a toda su familia.
¿ Y cómo lo supo Doc? le pregunta Marty a su entrañable amigo
– Pues estuve ahí, le dice el viejo científico con cara de loco, quién puede viajar en el tiempo en su fabuloso De Lorean.
Christopher Lloyd y Michael J. Fox en Back to the future
La trilogía comenzó en 1985 bajo la dirección de Robert Zemeckis quien ya había dado muestras de su habilidad para contar aventuras fantásticas con generosas dosis de humor cuando dirigió, En busca de la esmeralda perdida, 1984, con Michael Douglas y Kathleen Turner desarrollada en Colombia, aunque le faltaba pulir detalles en los efectos especiales, situación que mejoró con la asesoría de Steven Spielberg, quien fue su productor en Volver al futuro.
Años más tarde, 1995, Zemeckis ganaría el Oscar por Forrest Gump, sin embargo la trilogía de Back to the future a pesar de no tener grandes galardones, oficialmente es considerada un clásico que hay que preservar y dar a conocer a las nuevas generaciones como se ha hecho en las carteleras alternativas en diferentes países.
Es decir esta película trascendió el tiempo y sigue vigente ¿No les ha sucedido que así las hayan visto varias veces, cualquiera de las tres, si las pasan un domingo en la tarde por televisión se quedan a verlas nuevamente?
El DeLorean, máquina del tiempo creada por Emmet Brown
Además de sus divertidos aparatos futuristas, la música pegajosa de Huey Lewis and the News, el encanto de los personajes hechos a la medida interpretativa de Michael J. Fox y Christopher Lloyd y los gags físicos, la historia como tal nos pone a volar la imaginación pensando en lo que pasaría alrededor si cambiáramos algo de nuestro pasado o del de nuestros seres queridos.
Es probable que la mayoría buscáramos volvernos millonarios, tener a la pareja soñada gozar de respeto y fama o propiciar una causa noble, entre muchas otras, el riesgo está en que posiblemente desataríamos una terrible paradoja espacio tiempo en las demás personas ¡Qué podría llevar al fin de la humanidad! como le advierte constantemente el Dr. Brown a Marty.
Es algo así como nos sucede con el Chavo del 8, que por más que sepamos que doña Florinda siempre cacheteará a Don Ramón y nos riamos de la situación hay momentos que nos gustaría viajar en el tiempo para advertirle al querido papá de la Chilindrina lo que le van a hacer, claro está que si el huye o ataca a la ‘enrulada’ probablemente dejaría de parecernos gracioso y El Chavo sería un drama y no una comedia y podríamos afectar la vida de sus actores y la de todo México!… ya estoy hablando como el Doc.
Doña Florinda y don Ramón en El Chavo
Y es que ya no es cuestión de si se puede o no viajar en el tiempo. Desde que Einstein habló de los cambios en las edades de las personas si la velocidad en la que se encuentre cada individuo es diferente, ya todo es posible. Stephen Hawkins planteó desplazarse en el universo a miles de años luz si nos encontramos con un «Agujero de gusano» que acortara el espacio y el tiempo, entonces la cuestión ya no es cómo, sino ¿para qué?
En Terminator, Cameron 1984, el robot viaja para matar al que será el líder de la resistencia contra las máquinas en el futuro, la razón es un cambio social; En Media Noche en París, Allen 2011 el escritor Gil Pender puede trasportarse mágicamente a la ciudad luz de comienzos del siglo XX porque siempre quiso vivir junto a los grandes artistas de la época, es decir por un capricho personal y en El Efecto Mariposa, Bress 2004, el personaje que interpreta Aston Kutcher lo hace para cambiar su presente y el de su amada.
El Doc Emmet Brown lo hace por curiosidad científica y Marty simplemente por accidente pues al huir de los terroristas que atacaron a su amigo manejó el DeLorean a los 88 kmts por hora establecidos por el Doc para viajar en el tiempo. Una vez en 1955 su interés se convirtió en arreglar la confusión que su llegada ocasionó en su familia mientras intenta regresar al futuro en 1985.
Lo que sucede fílmicamente hablando es que al intentar cambiar algo del pasado así sea con las mejores intensiones afectará de manera impredecible eventos sociales, familiares y personales, para bien o para mal.
Los hechos vividos, lo que decimos o hacemos, las decisiones que tomamos no deberían catalogarse como buenas o malas en sí, sencillamente son experiencias de las cuales podemos aprender para la vida como lo sentencian los grandes sabios del cine animado:
En El Rey León, Minkoff 1994, el simio Rafiki golpea con un palo en la cabeza al león Simba después de que este le dijera que si regresa a sus tierras tendría que enfrentarse al pasado:
– ¿Por qué lo hiciste? pregunta el hijo de Mufasa
– No importa ya está en el pasado ¿Te dolió?
– Claro, dice Simba mientras se soba la cabeza, entonces el simio le intenta dar otro golpe pero esta vez el joven león se agacha y lo esquiva, Rafiki brinca de emoción y riendo le dice
– ¿ves? según lo veo puedes huir de el o aprender
Rafiki y Simba, El rey león
Yo intento ser de esa corriente filosófica aunque debo confesar que en varias ocasiones me asalta el deseo de poder viajar al pasado para asegurarme que los papás de ciertos personajes de la vida pública nacional nunca se conozcan.
«El ayer es historia, el futuro es un misterio, el hoy es un regalo por eso se le llama presente» Maestro Tortuga, Kun fu Panda, Osborne 2008