James Bond, el agente 007, enfundado en su elegante traje negro, llega al palacio de Buckingham para escoltar a la reina Isabel II de Inglaterra hacia el estadio Olímpico de Londres, donde se dará inicio, en contados minutos, a la ceremonia de inauguración de las trigésimas olimpiadas.
Se saludan protocolariamente y se suben al helicóptero oficial. El cinematográfico espía mira el recorrido por la ventana y todo hace presagiar que el aparato descenderá en el estadio, pero no, se queda suspendido en el aire y se abre la puerta.
El agente que tiene licencia para matar en las películas, duda para saltar… cuando vemos que su Majestad toma la iniciativa y se lanza al vacio… Bond mira la cámara y como corresponde, va detrás de ella y los que estábamos el 27 de julio de 2012 viendo la transmisión de apertura de los Olímpicos de Londres, soltamos una risa por la irreverente escena que, por supuesto, tuvo a un actor representando el papel de la reina y a Daniel Craig como el actual 007.
Clic aquí, Transmisión de un canal chileno
La Reina Isabel II de Inglaterra es la mujer más rica del planeta y aunque su poder político es simbólico representa, unidad, solidez y una aristocrática herencia para todo el imperio británico. El que ella permitiera esta broma con su imagen, en un evento visto, se calcula que por más de mil millones de personas en todo el mundo, no es otra cosa que una lección sobre la esencia del humor, reírse de uno mismo.
Pero no a cualquiera se le puede dar una ´licencia´ de esta magnitud, solo a alguien arriesgado, alguien con suficiente experiencia en humor británico, sin ser humorista, un conocedor del lenguaje cinematográfico pero también de las artes escénicas, que sabe de música, de arte y con el temple para dirigir, quien siente las calles londinenses así como los pasillos reales, ese hombre con licencia real para bromear en la ceremonia inaugural de una olimpíada se llama Danny Boyle.
Boyle es el director de películas inolvidables como Trainspotting 1996 y Slumdog Millionare ¿Quién quiere ser millonario? 2008, esta última ganadora de múltiples premios incluyendo el Oscar. No son obras cómicas, es más, son dramas, pero en determinadas escenas es tan extrema la situación, que uno se ríe, aunque después siente un malestar en el estómago. Los que no las han visto revísenlas, estoy seguro que no olvidarán a Ewan Mcgregor en Trainspotting intentando sacar un poco de heroína o mejor, un par de supositorios de opio que se le cayeron en un inhodoro putrefacto de Edimburgo, uno no sabe si taparse la nariz, si reírse o vomitar pues todo eso se mezcla.
O cuando recordamos con el joven protagonista de ¿Quién quiere ser millonario? cómo es que sabe las respuestas del concurso, son escenas, duras, extremas y por instantes risibles.
Otro momento divertido y cinematográfico en la magna ceremonia fue cuando el famoso Mr Bean (Rowan Atkinson) se queda dormido interpretando la banda sonora de la película Carros de Fuego 1981 acompañado por la Orquesta Sinfónica de Londres y vemos en las pantallas ubicadas en el estadio la escena original intervenida humorísticamente como si fuera un sueño de Mr Bean.
Allí se mezcla otra institución muy seria como la Sinfónica londinense con un ícono mundial del humor gestual, en una parodia divertida sin perder la elegancia inglesa.
Inglaterra se la jugó con un director de cine para este espectáculo, alguien que sabe contar historias, en este caso la de Inglaterra, con su revolución industrial, con su fabuloso Rock, con su interesante cine, con su aristocracia, su clima gris y, por su puesto, su humor.
Al contar con un gran director de cine lograron combinar las puestas en escena en vivo y piezas audiovisuales grabadas, todo integrado para un fabuloso show, tanto para los asistentes al estadio como para los televidentes del mundo entero, de manera que todos entendíamos lo que se contaba.
Acá en Colombia tenemos una referencia cercana con la inauguración en Barranquilla del mundial sub 20 de fútbol 2011.
Aunque se presentaron diferentes manifestaciones artísticas autóctonas, homenaje al Joe Arroyo, hasta echaron pólvora y los asistentes al estadio barranquillero se sintieron satisfechos, la ceremonia no fue un evento televisivo digno de recordar, es más, generó una polémica entre la encargada del acto artístico y los que hicieron la transmisión de TV.
La falla no fue del uno o del otro, sino del funcionario público que tomó la decisión de mandar artistas por un lado y las cámaras por otro. Por eso vimos una transmisión de registro y no una integrada al espectáculo como la de Danny Boyle.
Menos mal no hubo lo que por estos lados llaman humor… aunque pensándolo bien, si, nos reímos cuando el presidente Santos, casi equivalente a la aristocracia inglesa, intentó dar la bienvenida y el micrófono ¡falló!, las excusas posteriores fueron que los técnicos no pudieron probar los aparatos porque el protocolo presidencial lo impidió.
Mario Mantilla Barajas
Comunicador Social – Realizador Audiovisual
Twitter: @mareoman88 / mariomantilla88.blogspot.com
Grupo facebook, Control TV – Defensoría del Televidente TRO
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