¿Más estúpidos o más inteligentes?

Reunidos en la sala, concentrados y a la expectativa. Constantemente me pregunto, ¿cuándo nacen las grandes ideas?, ¿en una habitación de garaje?, ¿mientras nos bañamos?, ¿de camino a casa?, ¿antes de dormir? Y hoy con tanta tecnología y sobreabundancia de información, ¿cómo es posible procesar la gran cantidad de contenidos?

Esa tarde me resultó gratamente reflexiva y analítica, frente a uno de los tantos interrogantes que  Alejandro Piscetelli planteó durante su presentación: “¿Facebook nos hace más estúpidos o interesantes?” Mi reflexión no se centró solo en Facebook, sino en Internet.

Esta red social es el resultado de la Web, nace de la Red, por lo tanto la pregunta no sería si Facebook nos hace más estúpidos, mi pregunta fue: ¿Internet nos está volviendo estúpidos? Una respuesta a la ligera y dada la convergencia digital podría ser afirmativa, pero en realidad este es un debate que ha tomado diversos puntos de vista, convirtiéndose en tema álgido de conversación entre los expertos.

La conectividad permanente como nativos e inmigrantes digitales en esta sociedad contemporánea nos mantiene pegados a un computador, tableta o smartphone más de 12 horas al día, ya sea por cuestiones laborales, académicas, o de ocio y entretenimiento. El dinamismo, la interactividad, la instantaneidad y actualización que ha traído Internet a través de sus diversos aplicativos digitales deja en evidencia que la forma de consumir contenidos online definitivamente cambió y seguirá cambiando.

Desde la dinámica de los mismos hipervínculos dentro de cualquier artículo, ‘picamos aquí, picamos allá’; terminamos en un texto completamente diferente al inicial: otra temática, otra perspectiva. Alrededor de este aspecto, Nicholas Carr se ha convertido en uno de los principales exponentes críticos frente a la postura ¿Google nos está haciendo estúpidos? De acuerdo a Carr “se ha perdido la capacidad de concentrarse por culpa de la red. Los hipervínculos nos distraen y nos hacen saltar de un lugar a otro consiguiendo que no nos concentremos en algo por más de un par de segundos”.

“Entre más confiamos en las computadoras para ser el medio por el que entendemos el mundo, es nuestra propia inteligencia la que se está convirtiendo en inteligencia artificial”, sostiene. Aunque muchos pueden estar a favor de tal argumentación, en realidad no se trata de la forma como navegamos o seleccionamos información en la Web, porque si bien es cierto que somos testigos de la sobreabundancia de contenidos, y que de alguna manera puede saturar al cerebro, también es importante tener claro que a partir de la consulta de la información en Internet es posible la generación de nuevas ideas y conocimientos. No viendo a la Web solamente como una herramienta de entretenimiento, sino también como un canal para la búsqueda de otro tipo de lecturas.

Archivos de fotografías, videos y audios, bibliografías, documentales, repositorios de investigación, entre cientos de materiales disponibles online y gratuitos. Siempre habrá opiniones sobre las ventajas y excesos que Internet ha traído a la vida moderna, pero lo cierto es que esta se ha convertido en una plataforma para la divulgación de información de interés, eliminando barreras de distancia, reduciendo brechas digitales, transformando los escenarios sociales; y mejorando las comunicaciones entre los individuos.

Steve Pinker, científico de Harvard, a diferencia de Carr subraya que “las mismas críticas se vertieron contra medios como los libros o la televisión. Cada que aprendemos algo, nuestro cerebro cambia su configuración. No significa, que seamos más tontos. Por el contrario no solo no nos hacen estúpidos, sino que estas tecnologías son las únicas cosas que nos ayudarán a seguir siendo inteligentes”.

Cada cosa que sea creada por el hombre, siempre tendrá una finalidad positiva o negativa. La revolución digital ha cambiado las costumbres y hábitos de los ciudadanos a nivel mundial, pero también el mismo ser humano ha desatado excesos y adicciones hacia el uso de Internet y los dispositivos móviles.

No es que la Web (Facebook o Gooogle) nos esté volviendo estúpidos; la relación entre el uso y el usuario es lo que construye o no conocimiento y apropiación; de ahí es donde nacen pequeñas creativas e innovadoras ideas. Hoy tengo mis dudas sobre lo que alguna vez Einstein dijo: “Temo el día en que cualquier me atribuya una frase y el mundo se la crea. El día en que una generación de idiotas con tecnología se crea todo lo que dicen, demostraré mi teoría que la estupidez humana es infinita”.

 

*Fuente: http://www.bbc.co.uk/blogs/mundo/un_mundo_feliz/2010/06/internet_no_nos_hace_estupidos.html

 

 

Eliana Álvarez Ríos
Directora de contenidos Web
Colombia Digital

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