4G: ¿competencia o concentración?

En los últimos días, ha cobrado particular interés en el país el debate alrededor de permitir la participación del operador de telefonía móvil con mayor número de usuarios en la subasta de la tecnología de datos 4G, que se adelantará próximamente.

La discusión me ha remontado a mis clases de economía y muy en especial, a lo que se abordó en la cátedra de ‘Teoría Moderna de la Firma´ dictada en ese momento, por el profesor Ricardo Bonilla, quién hoy cumple el rol de Secretario de Hacienda de Bogotá. En las sesiones estudiamos las implicaciones económicas que puede traer una determinada estructura de mercado para la provisión de un bien o servicio. Es decir, la existencia de condiciones de competencia, de monopolio o de oligopolio.

En competencia existen múltiples oferentes y los consumidores tienen amplias posibilidad de elección. Esta situación conlleva a que los usuarios puedan contar con mejores precios, y existe la posibilidad de que en caso que ya hayan tenido una mala experiencia en calidad o servicio puedan escoger un nuevo proveedor. El sector automotriz, hoy puede ser un ejemplo en ese sentido. Las múltiples marcas hacen que exista una gran variedad de vehículos, facilidades de financiamiento y continúas estrategias para que los clientes compren y encuentren la mayor cantidad de garantías al seleccionar una marca.

En situación de monopolio una sola empresa es la que provee un determinado bien o servicio y los consumidores, por tanto no tienen posibilidad de elección y deben ajustarse a las condiciones que impone la firma. En este escenario existe una mayor probabilidad de precios altos y pocos incentivos para mejorar el servicio. Aquí podría citarse el ejemplo de lo que años atrás fue la antigua Telecom para la prestación del servicio de llamadas de larga distancia.

En oligopolio un par de firmas son las que proveen un determinado bien o servicio. Puede haber competencia, pero existe un mayor incentivo a que realicen acuerdos entre ellas para no reducir tarifas y mantener unas condiciones de ingresos altos, reconociendo que los usuarios tienen muy pocas posibilidades de elección. En este caso, fue lo que ocurrió hace algún tiempo en el sector de telecomunicaciones con la alta tarifa establecida para llamar de teléfonos fijos a móviles o las cláusulas de permanencia exigidas a los cliente de planes postpago de telefonía celular.

En esta situación, el solo mercado no genera los incentivos para que las empresas provean un mejor servicio y debe por tanto entrar el Estado a regular, para garantizar los derechos de los consumidores, quienes deben contar con precios más justos y mejores condiciones contractuales, tal como ha ocurrido con la telefonía móvil para solucionar las situaciones anteriormente descritas.

Ahora, retomando la subasta de 4G de los próximos días, no es menor la decisión que tiene en sus manos el gobierno, dado que está en juego la estructura de mercado del sector. Mayor competencia o mayor concentración. Cualquiera que sea la decisión que finalmente se tome, influirá de manera directa en todos los colombianos. ¿Cuál cree usted que será el resultado?

 

 

Oswaldo Ospina
Coordinador de TIC y Educación
Corporación Colombia Digital

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