La mano y el cerebro de nuestros dirigentes en el gobierno y otros que se han autodenominado veedurías ciudadanas quedan al desnudo con la obra del parque de Santander. Será que a estas estas alturas creen que su rol como autoridades y representantes de la sociedad ha evolucionado de la mano de la realidad que hoy vivimos en nuestro medio. El aporte que con la remodelación pretendían darle la ciudad después de la incomodidad que estas obras generan durante su desarrollo nos permite concluir que la mentalidad de pueblerinos tercermundistas no evoluciona en esta era de la globalización. La conversión prevista de la calle 35 y la carrera 20 en vías peatonales con acceso vehicular restringido, es para esta ciudad carente de vías el mayor despropósito, palabra esta de uso muy frecuente de nuestro gobernador y gestor de esta reforma regresiva. La periferia del parque la utilizábamos quienes nos dirigíamos al antiguo corazón de la ciudad como retorno cuando observábamos la característica congestión por las marchas y manifestaciones que nuestra carta y democracia permiten a quienes como los mismos gestores de la obra hacer para entorpecer el desarrollo y mejorar la calidad de vida de sus conciudadanos, esos mismos que con sus impuestos financian su formación académica en centros de educación públicos y salarios de quienes dicen gobernar y aparecen en los primeros puestos de encuestas virtuales pues la real o la de las urnas los califican de tal manera que los lleva a cogerse a pescozones. Una alternativa para mejorar la movilidad en grandes urbes es restringir el acceso vehicular a zonas de por sí congestionadas. Si nos detenemos a pensar que la calle 36 no permite cruces a la izquierda concluimos que las alternativas de retorno serán las carreras que van orientadas de sur a norte para tomar la calle 35, vetada para trafico automotor por cuenta del mercado persa en que la convirtieron sus planeadores y gobiernos sucesivos y que una vez se concluya la obra se ampliará alrededor del emblemático parque.
Se desaprovechó una gran oportunidad para construir un gran parqueadero subterránea bajo el parque en una ciudad carente de espacios para desarrollarlos y que por cuenta de una actitud incoherente se limita cada día más permitiendo densificar la construcción en la meseta. Otra opción pudo ser la de convertir el subsuelo en un pasaje comercial para congregar de manera organizada parte de los invasores, opciones como esta han sido solución en otras ciudades importantes como en Atlanta el”underground” en donde desembocan 2 estaciones del metro y que en nuestro medio ante su inexistencia podría considerarse la de un terminal de alimentadores del poco rentable metrolinea o sea una solución alterna para el caso de restringirse el acceso vehicular a la zona céntrica.
Esa es la clase de dirigentes que hemos elegido o han accedido a posiciones de dirigencia. Como expresan en alguna comedia sus protagonistas ¡ah desgracia infinita la nuestra!
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1 comentario
y ahí está Serpa en su canal TRO sacando pecho porque quedó «al menos de tercero» como mejor gobernador del país…qué tal?