AVALAR PARA QUÉ?

AVALAR PARA QUÉ? En temporada electoral como expresión para garantizar la idoneidad de quienes se postulan para acceder a los diferentes cargos sometiéndose al escrutinio público de la comunidad a la cual se supone servirá como su representante, los diferentes partidos políticos avalan además la capacidad, honestidad respaldándolo en sus “justas” aspiraciones. Con el tiempo todo indica que los grandes caciques poco o nada reparan en los aspectos inherentes a la persona que ha de representar a su respectivo trapo o bandera como coloquialmente decimos. La conclusión que va moldeándose con el paso del tiempo y el desempeño de los avalados, es que solo se buscaba el aporte en votos y cargos públicos para manipulación de sus grupos, conclusión a la que necesariamente nos lleva no la simpatía que en su momento despertó el candidato producto de su carisma o el decidido respaldo de los “duros” de su colectividad. A posiciones de responsabilidad no solo llegan sus representantes ungidos por el voto mayoritario, no son pocas a las que se accede como producto de las coaliciones o mangualas entre representantes de estas agrupaciones por intermedio de sus muñidores en las juntas directivas generalmente de institutos descentralizados. Entre los aspectos más sentidos por los ciudadanos priman los que influyen en su calidad de vida con base en adecuada infraestructura y observancia del mandato mayoritario, generalmente incluidos en los propósitos de su gestión futuro o promesas preelectorales. Hoy la desilusión nos embarga cuando el producto de la gestión se traduce en ver calles deterioradas, movilidad más comprometida con el paso del tiempo, solo vemos como se trastea el problema por diferentes sectores de la ciudad. Las rutas de buses desplazadas por la panacea que resultaría de la puesta en marcha del Sistema de transporte masivo recién inaugurado, a calles y carreras secundarias congestionándolas, pues el control al parqueo caprichos de taxistas y particulares no se incrementó proporcionalmente. Se esperaba como premio por la paciencia con los trancones y congestionamiento en las vías que obligaron a restringir la circulación por las vías, pese a pagar un impuesto de “rodamiento”. Los puentes y cables siguen haciendo parte del portafolio de promesas, la erosión de la escarpa occidental se volvió a salir del control del ente creado con el propósito específico de evitarla, hoy convertido en icono de feudalismo politiquero y de corrupción como lo percibimos la mayoría de los ciudadanos. Los editoriales de la prensa han sido voceros de nuestra preocupación, y los partidos que tanto utilizan eslogan contra la corrupción y búsqueda de honestidad, guardan un silencio cómplice ante el incumplimiento de sus avalados acrecentando el escepticismo en el partidismo que nos empujándonos peligrosamente hacia el nocivo caudillismo que hoy tanto daño hace a las democracias del área.

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