NUESTRA MOVILIDAD

El control y fluidez del tránsito vehicular en la ciudad es un término considerado de ornato, como los encargados de su dirección y manejo desde  la entidad que los cobija e instancias de mayor jerarquía responsabilizadas en garantizar el orden en materia de tránsito (tan despelotado en la época). Si se tienen o no el pase, el certificado técnico mecánico, el Soat, etc., etc., el conductor parece quedar impune cuando incumple. Parece normal el chofer que pare y atraviese la carrocería de su bus en una intersección principal o el salvaje taxista que frena abruptamente en una vía rápida para dejar o recoger pasajeros . Para el o la irresponsable quienes  desde un vehículo particular, discuten y conducen como caballos desbocados hablando por su celular no hay quien les exija cumplir normas restrictivas de tal conducta. Ni qué decir de quienes   dan la impresión que con sus luces direccionales o de parqueo justifican sus  inesperadas maniobras y se creen  los reales orientadores del tránsito. Ni hablar del turista o indolente residente que parquea su vehículo mientras hace sus compras y diligencias dejandolo tirado en una vía de dos carriles de tránsito crucial  y ningún agente del tránsito lo nota. Por último, vale destacar al más salvaje de todos: el contratista de obras, quien, en temporada alta, nos crea un trancón monumental en una importante arteria donde sólo falta fundir una simple losa de concreto o asfaltar el resalto o roto dejado después de arreglar un tubo u organizado las redes domiciliarias con permisividad oficial.

Las situaciones expuestas junto al trajinado y repetitivo culebrón de los cráteres de “huecolandia” los cuales pese a las sempiternas promesas oficiales por repararlos hacen parte del menú de condiciones para empeorar el transito vehicular. Más grave que el efecto de aletargar el tráfico por lo expuesto hasta acá lo es el hecho de crear situaciones generadoras de accidentes al intentar esquivar uno de estos precipicios que nos llevan a recordar que a cada quien corresponde una inocente progenitora. A quién se debe responsabilizar en caso de accidentes que causen lesiones (sin importar el grado de gravedad de secuelas) o involucrar vidas humanas que determinan el cambio de apariencia del hueco por una estrella negra que recuerde además de la muerte de un semejante la ineptitud y falta de prevención de quienes inmerecidamente llamamos “autoridades”.

Quiero iniciar un inventario virtual de estas mortales trampas, citando las de la carrera 33 en sentido norte-sur y la del cruce de la calle 56 hacia la carrera 36 o las obras no concluidas en la carrera 27 con calles 41 y 36.Se agradece la participación de visitantes al blog dejar consignado en comentarios otros que reúnan tan connotadas características de peligrosidad y desidia oficial.

No se está exigiendo puentes tipo araña ni contar aún con los prometidos cables al aeropuerto o el metrocable de Morrorico para cuyos estudios dijeron ya había ofrecido financiación a costo de huevo un organismo de crédito internacional sino acometer la reparación de lo deteriorado o lo inconcluso oportunamente.

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2 comentarios

  1. Mi querido Dr. Raymundo me encuentro en Toronto Canada y acabo de leer tu Blog «NUESTRA MOVILIDAD» y desde este lejano punto del planeta me sigo preguntando «BUCARAMANGA SI TIENE ALCALDE O AUTORIDAD COMPETENTE QUE LA PUEDA SACAR ADELANTE? «. Es triste de verdad leer tus comentarios , y ver que nuestra ciudad se encuentre sumida en semejante abandono y ver tanta decidia de nuestros «GOBERNANTES», que decir del famoso puente de Giron , la puerta de entrada a nuestra ciudad con solo eso te envio un abrazo desde esta parte del planeta y no crea que no me hace falta tus comentarios ahi cuando pasabas por la Cacharreria J.J. en Mercadefam Cabecera, adelante con tus escritos Feliz Navidad y Feliz Ano.

    • Willy G. el 16 enero, 2009 a las 14:07
    • Responder

    Felicitaciones Raymundo Vanegas por su articulo «Nuestra movilidad».

    Cuanto gusto seria para mi salir algun dia de mi casa y encontrar las calles de esta ciudad transitables y no con los crateres que como se mencionan ahi.. y citarlos seria congestionar este blog pues son innumerables y no solo para carros y motos tambien para los peatones y para personas como mi esposa y yo que transitamos en el coche con mi hija, es agrumador y desesperante transitar por los andenes de la calle 56 hacia real de minas, cuando no son los huecos son los vehiculos en el espacio publico.. en fin falta mucha accion y menos sueños que es de lo que nos esta llenando este señor…. «alcalde»

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