La desastrosa gestión confirmada por el caos creciente de la movilidad por las vías de la ciudad obligó al cambio de timonel en la dirección de tránsito de Bucaramanga. Varios factores jugaban contra esta situación; de una parte el pésimo estado de vías de alto tráfico, la pésima sincronización de los semáforos, abusos en la observancia de normas de tránsito por cuenta del servicio público y de las motocicletas que merecen capítulo especial e incluso de los más quejosos que no es que nos excedamos en colaborar cumpliendo para colaborar en hacer más agradable nuestro transitar en vehículo propio y hacerlo igualmente placentero para nuestros conciudadanos resumiendo ausencia de cultura ciudadana en todos, unidos al accionar permisivo de los encargados de hacer cumplir.
El reto que asume el nuevo director de tránsito quien inicia una gestión en una secretaría convertida en la de peor funcionamiento es decir con una calificación por debajo de cero, será fácilmente cuantificable; todo lo que se haga por mejorar será percibido casi de inmediato. Por nuestro mejor vivir deseamos al Dr. Vargas el mejor resultado.
Así como los profesionales a cargo de las ventas en empresas de consumo masivo quienes en búsqueda de aumentar cobertura y participación en el mercado que les corresponde se despegan de su apoltronado escritorio en un alto porcentaje de su jornada laboral pues sus resultado se mide en proporción al mejoramiento de los indicadores y variables de su mercado. Siendo el fin esencial de esta secretaría mejorar la calidad de vida en términos de movilidad, debe el funcionario rondar los sectores asignados a sus representantes en las vías y vivir lo que a diario se convierte en quejas y dolores de cabeza como los que en su vida como ciudadano del común debió sufrir en carne propia.
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