ACCIONES POPULARES Y MÁS..
El muy conocido “capo” (o será “sapo”?), del clan de antiguos vividores a punta de ellas rebuscándose los ahora derogados incentivos deberían preocuparse junto con quienes dan sus veredictos por manejar con objetividad y sentido común su proceso. Si vamos al caso de la carrera 40, vía por la que el quejoso no podía pasear su voluminosa y basta prepotencia por una acera que durante más de medio siglo todos los ciudadanos caminamos los ciudadanos comunes, pese a su dimensión para unos diminuta pero construidas dentro de las especificaciones legales para la época de la autorización de licencias. Acaso habrán transitado sobre la siempre congestionada vía en carro en las horas de inicio y fin de jornada escolar de los numerosos centros escolares que allí han permitido funcionar cuando busetas y autos particulares parquean a lado y lado de la vía obstaculizando el tránsito vehicular o por las temporadas decembrinas cuando los bumangueses se dirigen al sector para disfrutar con sus familias la iluminación navideña congestionando la vía como si se tratase de una extensión de la carrera quince o el viaducto García Cadena dificultando a los residentes del sector el ingreso a sus hogares, así la anhelada ampliación solo servirá como sitio de parqueo sobre el andén generando un problema idéntico al que se pretende solucionar, haciendo así necesario a futuro volver a quitar el saldo del andén de nuevo por cuenta de los residentes. Podríamos concluir das las circunstancias descritas que la prioridad sería ampliar la vía, obviando las dificultades de movilidad como sucedió en la carrera 33 y propias de una ciudad carente de ellas y agravada por la irresponsable y carente de criterio autorización de multifamiliares que incrementan el número de vehículos por 10 o más veces los actuales en la zona y que con las ocultas y desnudadas intenciones parece que el nuevo POT buscan incrementar en sus índices de construcción quienes se benefician económicante con esta actividad o con el otorgamiento de licencias. Habrá algún residente visto caminar por Lagos del Cacique a quien hizo derribar uno de los centenarios árboles que igualmente impedían al mismo Villamizar Basto pasearse buscando como descargar su resentimiento por sus fracasos políticos o por qué no, profesionales?, la desforestación de esa zona ha sido factor incidente en los accidentes de la naturaleza y daños causados en la vía al cementerio y el barrio mismo, hecho que nos da motivos para pensar que en un altísimo porcentaje, quejosos y encargados de autorizar la tala del frondoso árbol deben cargar con la culpabilidad en el derrumbamiento de una residencia. No podrá el inspector del espacio público (Por voluntad propia), dedicarse a instaurar acciones por cada hueco que sobre las vías nos invaden en la seguridad que lo distinguiremos como el ciudadano del siglo si logra disminuir de forma significativo este enquistado problema que padecemos y afea nuestra decadente ciudad y que hoy ha sido relegada a la sexta posición y con tendencia a la baja en los escenarios nacional y departamental. Aún no comprendemos las razones para construir parques para nada funcionales sobre los pasos elevados proyectados uno en construcción y otros esperando contratación cuando los existentes están en condiciones deplorables y por tanto prioritariamente necesitados para recibir debida atención. Esto no es raro en una ciudad en la que a su alcalde “lo cogió por sorpresa el mes de diciembre», obligándolo a contratar de afán la iluminación navideña con una fundación todera cuyo objeto social abarca construcción de oleoductos, barcos e incluso aviones, pero carente de experiencia en alumbrado decorativo. No sería raro encontrarnos que hasta alquila las gordas de Botero.
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