¡Pinchar egos como deporte extremo!

Por: Angelique

Soy egocéntrica y para nadie es un secreto. La RAE define “ego” como exceso de autoestima y como instancia psíquica que se reconoce como yo, parcialmente consciente, que controla la motilidad y media entre los instintos del ello, los ideales del superyó y la realidad del mundo exterior. Para mí, no es más que un monstruo que habita en nuestro interior que puede ser culpable de verdaderos desastres, dolores de alma y de cabeza.

Hay diferentes tipos de egos, pero hay uno en particular del que afortunadamente no soy víctima,  por el contrario me declaro total y absolutamente intolerable: el ego profesional. Aunque hay mucho que decir aquí, hoy sólo voy a dedicarme a ese, que, como la penicilina y las nueces, me causa alergia.

¿De qué les hablo? De esas personas que no se creen profesionales sino verdaderos “senseis” en su arte. En efecto hay personas que tienen de donde “levitar” por su experiencia, méritos y logros, pero hay otras en cambio que se vuelven verdaderamente insoportables con sus aires de grandeza y su actitud de “yo soy La Biblia”.

Trabajar con estos personajes es una verdadera pesadilla, un verdadero karma con el que estoy segura que hemos lidiado alguna vez en nuestra vida profesional.¿Cómo identificarlos? Aquí le dejo unos tips:

Advertencia: solo aplica para las “falsas eminencias”.

  • No caminan, levitan: la arrogancia digna de su ego les hace pensar que están por encima de cualquier mortal.
  • Se creen omnipotentes: asumen que tienen un poder sin límites para tomar decisiones, sólo sus opiniones son importantes, lo que piense o deje de pensar el resto de mortales lo tiene sin cuidado, únicamente sus observaciones son válidas así como sus logros y méritos los cuales no se cansan de mencionar una y otra vez.
  • Sus diplomas vienen con IVA: pueden tener el mismo nivel de educación que cualquiera de los que está sentado a su lado, pero para ellos sus conocimientos valen más. -Me pregunto si es que el diploma se los entregaron con algún tipo de plus adicional-.
  • Sus logros valen oro: no importa que haga o deje de hacer usted, –simple mortal- para estos personajes sólo los logros alcanzados por ellos son importantes y bueno, tal vez los suyos –mortal-  sí y solo si, él está involucrado de alguna manera.
  • “Dime con quién anda y te diré quién eres”: usualmente son estrategas, se unen a personas que pueden servir como medio para alguno de sus fines, trabajar con ellos es más emocionante que el mensaje de texto de “estás convocado” de la selección Colombia o al menos así lo hacen ver, pues para ellos todos sin excepción alguna quieren estar involucrados en algún proyecto o actividad de la oficina.
  • Padecen de síndrome de atención dispersa: los pobrecitos solo tienen sus cinco sentidos puestos en eso que los involucra, el resto de asuntos poco o nada les interesan, razón por la cual su atención es casi nula en esas reuniones en las que no son el centro de atención.
  • Sufren de síndrome de popularidad: algunos llegan a límites inimaginables. Aquí encontramos a esos que sienten indignación si usted simple mortal comete el pecado de no saber al frente de quién está. Es como un Knockout al ego, del que difícilmente pueden recuperarse.

Hay que aclarar que los tips mencionados anteriormente no aplican en su totalidad a todos los casos, pero hay unos verdaderamente críticos con egos tamaño XXL que necesitan una dieta de sencillez URGENTE.

Si no han identificado al «ego fastidioso» de su oficina ¡felicitaciones! Tal vez estén libres de estos “bichitos” impertinentes. Yo desafortunadamente no me salvo de uno de esta especie, tengo que lidiar con uno de estos personajes. Uno de esos con el que práctico el deporte extremo de ¡pinchar egos!

El mejor antídoto ante este tipo de personas es demostrarles que con arrogancia y caprichos no se gana el respeto de absolutamente nadie. Confieso que me encantaría dejarle a este tipo de personas un globito con un letrero en negrita y letra Arial20 que diga ¡Pinche su ego aquí!

Para terminar si alguno de los que me lee sufre de este síndrome lo invito a rehabilitarse, yo invito y pago las consecuencias.

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Comentarios

2 comentarios

    • orlandovalencia el 15 mayo, 2013 a las 0:58
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    • Jose Jorge Monsalvo Gnecco el 11 noviembre, 2013 a las 10:37
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    Gracias! Exelente articulo de deportes extremos!

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